Después de unos días muy liada, ya acabó todo. Ha sido la comunión de mi sobrina Rocío, y vaya si e pasado nervios preparando toda su mesa dulce, desde la tarta, los pequeños dulces, y todos los detalles de la mesa, hasta el último pompom. Era mi ilusión hacerle este regalo para un día tan emotivo, y a merecido la pena tantos nervios y tantas carreras. Bueno mejor dejo que seáis vosotros los que opinéis.
Besos y espero que disfrutéis viendo las fotos, como yo al hacer este trabajo.
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